México tiene todo para conseguir seguridad y
autosuficiencia alimentarias y a pesar de ello más de 7.616.000 mexicanos
tienen carencias en este renglón.
Tenemos la tierra,
tenemos a uno de cada 20 mexicanos en la producción de alimentos y uno de cada
30 en la producción pesquera. Tenemos más de 10 mil kilómetros de litoral
marítimo pero un muy bajo consumo de productos del mar ricos en proteínas.
En el campo hay 5.3
millones de unidades económicas productivas pero sólo 8.7% son altamente
competitivas. El 73% son de subsistencia.
México es el séptimo
mercado de alimentos en el mundo con un estimado de 903 mil millones de pesos
al año pero 18.3% de la población se
encuentra en algún grado de carencia alimentaria y 16% está en situación de riesgo alimentario permanente según cifras
de la Coneval en 2013.
Tiene que ver, en
parte, el asunto del ingreso del mexicano. Datos del Senado señalan que
2.250.000 mexicanos viven con 1.25 dólares diarios y 5.376.000 compatriotas con
menos de dos dólares diarios. A raíz de la devaluación de la moneda durante
2015 y lo que va de 2016, son ya menos dólares.
Hoy existen más niños
desnutridos que hace 35 años, reconocen documentos de la Comisión de
Autosuficiencia Alimentaria del Senado de la República de reciente creación y
que encabeza Isidro Pedraza Chávez.
No producimos los
alimentos necesarios para satisfacer las necesidades de las familias mexicanas
y el nivel de importaciones es permanente: estas compras al exterior sumaron
224 mil millones de dólares entre 2003 y 2013. Isidro Pedraza afirma que en
centros de distribución y venta se desperdician 180 mil pesos de alimentos cada
año.
Las unidades
productivas más modernas dedican su trabajo fundamentalmente hacia la
exportación. Vendemos alimentos a 123 países.
Estamos mal
organizados y los apoyos se concentran en la agricultura de la exportación y
una parte insuficiente van a las unidades económicas más pequeñas.
Según la FAO la seguridad alimentaria se consigue
cuando una nación es capaz de producir
75% de los alimentos que demanda su población.
Durante la siguiente
semana, si no hay cambio de planes o se presentan contingencias legislativas,
en el Senado los legisladores habrán de revisar el dictamen a la Ley de Derecho
Alimentaria a fin de poder dejar listo el dictamen que de aprobarse pasará al
Pleno.
Es importante este
proceso y la ley misma en virtud de que es una parte relevante de una serie de
ordenamientos que en conjunto procurarían no sólo conseguir para México la
seguridad alimentaria sino también basarla en la autosuficiencia alimentaria.
Es necesario en este
contexto aclarar los términos: seguridad alimentaria es aquella que garantiza a
la población la disponibilidad y acceso
a los alimentos suficientes. Pero los esfuerzos del Senado procura que la
seguridad alimentaria no se base en la capacidad financiera para comprar los
alimentos necesarios sino en que en México se produzcan, de posible, más
alimentos o al menos tantos alimentos como la población demanda.
No parece que haya
oposición a esta ley y menos a la inquietud que encierra ya que el asunto de la
seguridad alimentaria es de soberanía nacional y en ella están involucradas no
sólo las unidades productivas del campo, esencialmente micro y pequeñas
empresas al igual que las que procesan alimentos. Ya veremos qué suerte se le
dispone a esta importante intención.
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